Dante y Stefano Carniato trajeron desde Treviso, Italia, su modelo de pizzería a la Ciudad de Buenos Aires. Así, en 1993, abrieron Piola y en el barrio de Retiro se ofreció por primera vez una pizza cien por ciento italiana. Pasó el tiempo y Piola se transformó en un clásico. Sus pizzas de masa fina, condimentadas con ingredientes típicamente italianos siguen cocinándose en el horno a leña. Tienen sesenta variedades disponibles y el cierre ideal es con el tiramisú de la casa.