Parrillas de Buenos Aires
¿Alguna vez viste una parrilla porteña desde adentro? ¡Recorrela!

Sin dudas, la carne es la protagonista de la gastronomía argentina. En este país se comen casi 50 kg al año por persona. Por eso la mayoría de los turistas que llegan a Buenos Aires, argentinos o extranjeros, buscan las mejores parrillas para saciar su curiosidad (y su estómago).
En esta Ciudad, las parrillas tradicionales conviven con las más modernas. ¿Cómo reconocerlas? Las primeras siguen con sus braseritos que llegan a la mesa cargados de cortes de carne o con sus tradicionales platos de acero inoxidable. Las segundas sumaron otros cortes de carne a los tradicionales como el ojo de bife (bife ancho), la entraña, la tapa de bife ancho y la tapa de cuadril. Siguen evolucionando y representan uno de los íconos más fuertes de la gastronomía y de la cultura del encuentro, todo al calor del fuego.

 

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Cortes de la carne de vaca

Los cortes de carne vacuna en la Argentina son muy diferentes a los de otros países. Aquí, una guía para reconocerlos.

 

El parrillero o asador

Así como el chef es la clave de cualquier restaurante, en el caso de las parrillas, el protagonista indiscutible es el asador. Él se encarga de preparar el fuego y de cuidar el punto de cocción para que la carne se cocine despacio y pareja y no  quede cocida por fuera pero cruda por dentro. De todas maneras, cada uno tiene su gusto: algunos prefieren comer la carne “a punto”, cocida por fuera y un poco menos por dentro, y a otros les apetece “cocida”, con más tiempo en las brasas.
El asado se prepara con la cara más grasosa de las carnes mirando a las brasas. Si es con hueso, se coloca primero este lado. Generalmente la carne se come acompañada con diversos tipos de ensaladas y también con papas fritas.

 

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