El éxito de La Cabrera se debe a la calidad de las carnes asadas y a las cazuelitas con decenas de pequeñas guarniciones que se suman al ingrediente principal. Al poco tiempo de abrir, inauguraron el segundo local, a metros del primero. La idea inicial se mantuvo: acompañar buenas carnes asadas con guarniciones apetitosas y creativas, servidas de manera original. La carta de vinos es otra aliada de la comida.