Fundado en 1852, el restaurante del Club del Progreso es el “gentlemen club” más antiguo de Sudamérica. La casa en la que funciona perteneció originalmente a la familia Duhau y por su interior desfilaron importantes personajes de la política argentina.
Se encuentra en el primer piso y el salón principal tiene una magnífica boiserie y apliques de bronce. Hay otro salón más pequeño donde pueden realizarse eventos privados y un patio en damero en la planta baja, donde se encuentran la parrilla y el horno de barro, además de una barra bien nutrida. La especialidad de la casa son las empanadas, la entraña grillada, las costillas de cordero, el puchero y el cochinillo al estilo segoviano.