En Forest 1186/88, debajo de un edificio art-decó de dos plantas, funciona desde 1939 el Café Ocho Esquinas. Su ubicación está en la confluencia de las avenidas Forest, Álvarez Thomas y Elcano, al que se suman, tímidamente, algunas calles. Es la “la triple frontera” porteña: Chacarita, Colegiales y Villa Ortúzar.
Homero y Virgilio Espósito, Julián Centeya, Aníbal Troilo, Homero Manzi y Osvaldo Pugliese, selección tanguera de súper lujo, estuvieron entre sus parroquianos. Actualmente se agregan a la lista la cantante y autora de rock Hilda Lizarazu, los actores Diego Peretti y Héctor Bidonde, el periodista Juan di Natale y el guitarrista Luis Salinas.
El interior de Ocho Esquinas es amable y muy cálido. Muchas fotos de hombres del tango: Gardel, Jorge Vidal, con dedicatoria incluida, Goyeneche, Troilo, Pugliese, Miguel Montero, Alberto Echagüe, Julio Sosa, Atilio Stampone, Piazzolla, Edmundo Rivero, Floreal Ruiz, Argentino Ledesma, Mario Bustos. También los retratos de Alberto Olmedo, como Rucucu, del gordo Porcel y de Tato Bores, arrancan una nostálgica sonrisa.
El café se destaca por su famoso jamón crudo, sus especialidades alemanas y su cerveza tirada.
Además, el café con leche y los capuchinos, tanto como los chocolates fundidos en olla de cobre, son una buena opción para el desayuno, acompañados con tostadas o medialunas.
Otros de sus fuertes gastronómicos son “Los Esquinazos” (sándwiches muy especiales), tanto los Clásicos de crudo y manteca; matambre y berenjenas; leber, queso y pepinos, y mortadela y tomates; como los Selectos de bondiola serrana con gruyére; spianata con provolone, o muzzarella con tomates secos, albahaca y oliva. Hay buenas pastas como fussilis al fierrito y tallarines cortados a cuchillo.
Entre sus especialidades de cocina alemana, se destacan: las Kassler (costillas de cerdo ahumadas) con chucrut y papas al natural, o los Knackwurst (chorizos y salchichas alemanas) con chucrut o la tradicional ensalada de papas de la casa. Los viernes y sábados se caracterizan por sus “Noches de Picadas”.
Café Ocho Esquinas, un lugar para disfrutar sin apuros, para quedarse, y para volver.