El Puentecito

Un clásico bodegón con más de 270 años de historia, testimonio arquitectónico y culinario de Buenos Aires.

Fundado en 1750, El Puentecito es considerado el restaurante más antiguo de Buenos Aires que aún funciona en su ubicación original. Nació como pulpería y posta de carretas —punto de parada y descanso para viajeros—, en una esquina estratégica de Luján y Vieytes, a pocos metros del Riachuelo, donde un puente conecta la Ciudad con la provincia de Buenos Aires.

A lo largo del tiempo, el lugar también fue posada, fonda, despacho de bebidas y almacén, hasta convertirse en el tradicional bodegón que es hoy. Su estructura fue creciendo de atrás hacia adelante, y lo que actualmente se ve restaurado desde la calle corresponde al antiguo espacio donde estacionaban las carretas. Aún se conservan elementos originales, como una matera —el sitio donde los gauchos descansaban y tomaban mate— y un patio de 60 metros de fondo, donde se halló un pozo de agua que se utilizaba para enfriar bebidas.

En aquella época, la ubicación era clave: se trataba de una zona de depósitos, desde donde se almacenaban y distribuían mercancías hacia distintos puntos, como La Plata. Esto se debe a que, en el siglo XVIII, el puerto de Buenos Aires se encontraba en el Riachuelo, en los barrios de La Boca y Barracas, antes de su traslado definitivo a Puerto Madero.

La historia moderna de El Puentecito está ligada a la familia Hermida, que se incorporó al establecimiento en 1958, cuando Don Fernando Hermida, inmigrante español y ex marino, se sumó a la sociedad. Desde entonces, el espíritu del lugar se mantiene intacto, con una propuesta gastronómica fiel a sus raíces.

Entre sus especialidades se destacan la paella, los mejillones a la provenzal, las rabas, el asado de tira y las costillitas a la riojana. La carta incluye clásicos como los calamaretti a la lionesa, tortillas y una cuidada selección de pescados y mariscos. En invierno, se suman platos de olla como lentejas españolas, mondongo y locro salteño. Los postres también conservan su espíritu tradicional, con propuestas como flan casero, tarantela, panqueques, copa Melba y el clásico Don Pedro.

En 2018, El Puentecito fue declarado de Interés Cultural por la Legislatura porteña. Cada detalle del lugar —las sillas Thonet, las mesas con manteles blancos y cobertores de cuero, las bandejas de metal plateado, las paredes con fotos antiguas y banderines— suma a una experiencia auténtica. Sus tres salones principales y “La Matera”, un espacio que funcionó como museo, conservan la arquitectura y el ambiente que lo distinguen desde hace más de dos siglos.
 

 

 

LUJAN 2101

@puentecito_arg

Horarios: martes a domingo. de 12 a 16 h. Viernes y sábados, de 12 a 16 h y de 20.30 a 00 h.

Antigua Tasca de Cuchilleros

Una parrilla clásica en una casona de adobe del siglo XVIII, la más antigua que se conserva en toda la Ciudad.

Bar Portuario

Conocé este Bar Notable del barrio de La Boca, abierto desde 1915.

El Cedrón

Todo un clásico en el corazón de Mataderos.

El Globo

Un restaurante con raíces españolas que siempre voló alto. Historia centenaria, mística y el mejor puchero.

El Imparcial

Conocé el restaurante más antiguo de Buenos Aires. Como dicen sus dueños, por este lugar pasan las generaciones y permanecen las tradiciones.

El Palacio de La Papa Frita

Es un clásico de la calle Corrientes y se caracteriza por la abundancia de sus platos.

El restaurante del Club del Progreso

El “gentlemen's club” más antiguo de Sudamérica funciona con dos propuestas: un elegante salón a la carta y un bodegón con parrilla libre.

El SecreTito

Su ubicación es un secreto a voces y hay que reservar porque siempre está llena.

La Posada de 1820

De posada a restaurante, una esquina que mantiene el encanto del paso del tiempo.

Las Violetas

Este Bar Notable forma parte del Patrimonio Cultural de Buenos Aires. Reúne la historia, la arquitectura y los buenos sabores.

Lo de Mary

Lo de Mary es una gran parrilla barrial, con carnes a precios amigables y otros platos porteños.

Los Laureles

Historia, tango y mística de un bodegón milonguero emblemático del barrio de Barracas.