Albamonte Ristorante

Albamonte Ristorante es un bodegón ítalo-argentino sin pretensiones, pero con una excelente relación precio-calidad. Las típicas sillas thonet y las mesas con manteles blancos logran un ambiente familiar, donde la gastronomía es lo único importante. El menú es muy amplio y variado, con platos tradicionales de la cocina porteña e italiana, entre los que se destacan las pastas caseras, churrasquito de cerdo al verdeo, chivito a la provenzal, pescados y mariscos frescos (especialmente las trillas fritas), ranas y caracoles. Albamonte es además uno de los pocos lugares de Buenos Aires donde se pueden degustar pizzas a la piedra cocinadas en horno a leña. El postre más popular es el merengue –acompañado de crema Chantilly o dulce de leche–, el panqueque y el tiramisú. Los fines de semana, se recomienda reservar. El lugar cuenta con wifi gratis y acepta tarjetas.
 
 
 
 

CORRIENTES AV. 6735

@albamonteristorante

Antigua Tasca de Cuchilleros

Una parrilla clásica en una casona de adobe del siglo XVIII, la más antigua que se conserva en toda la Ciudad.

Bar Portuario

Conocé este Bar Notable del barrio de La Boca, abierto desde 1915.

Café Ocho Esquinas

En “la triple frontera” porteña, el café se destaca por su famoso jamón crudo, sus especialidades alemanas y su cerveza tirada.

Campobravo

Un restó de carnes y pastas, con opciones keto y veganas, en la que toda la carta es 100% libre de gluten.

El Cedrón

Todo un clásico en el corazón de Mataderos.

El Globo

Un restaurante con raíces españolas que siempre voló alto. Historia centenaria, mística y el mejor puchero.

El Gran Paraíso

Una pintoresca propuesta gastronómica que funciona en un antiguo conventillo de La Boca.

El Puentecito

Un clásico bodegón con más de 270 años de historia, testimonio arquitectónico y culinario de Buenos Aires.

El restaurante del Club del Progreso

El “gentlemen's club” más antiguo de Sudamérica funciona con dos propuestas: un elegante salón a la carta y un bodegón con parrilla libre.

El SecreTito

Su ubicación es un secreto a voces y hay que reservar porque siempre está llena.

La Posada de 1820

De posada a restaurante, una esquina que mantiene el encanto del paso del tiempo.

Lo de Jesús

Cortes a la parrilla, platos de bodegón y una cuidada selección de vinos.