Lo que hoy es el restaurante El Globo fue, en sus orígenes, la casa de la familia Sánchez de Bustamante, quien la habría abandonado a fines del siglo XIX escapando de la fiebre amarilla.
Más tarde, en 1902, se convirtió en el bar y billares Fernández y Fernández.
Pero una épica aventura de Jorge Newbery terminó cambiando su identidad. La historia cuenta que, en 1907, ese famoso aviador, que además era habitué de “Fernández y Fernández Bar & Billares”y siempre se sentaba en la mesa 34, cruzó el Río de la Plata en “El Pampero”, un globo aerostático que había traído de Francia. Un año después, en 1908, Newbery le dio una idea al dueño del bodegón: cambiarle el nombre por El Globo o El Pampero.
Así quedó rebautizado como El Globo. Más de cien años después, su interior mantiene un estilo clásico, con muebles y revestimiento de madera, manteles blancos y paredes decoradas con placas, fotos y cuadros que le rinden honor a aquel pionero de la aviación.
El Globo promete ser “el” lugar en la Ciudad para comer un buen puchero de tres carnes: gallina, vaca y cerdo. De hecho, en sus primeros años de existencia, ese era el único plato que se servía en este restaurante.
Además del legendario puchero, podés comer excelentes pescados, arroces y mariscos, paellas, cochinillo y un delicioso jamón crudo.
Este fue punto de encuentro de legisladores, presidentes y figuras de la cultura como Jorge Luis Borges o Lola Membrives. También pasaron por sus mesas artistas populares como Mercedes Sosa, León Gieco, Horacio Guarany, Teresa Parodi e incluso el futbolista Diego Armando Maradona.
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