Antonio Iannone nació en la región italiana de Campania, cuya capital es Nápoles, la cuna de la pizza. Allí aprendió de su tío Giuseppe el arte del amasado de agua, harina y levadura. Los vecinos del pueblo hacían fila delante del negocio familiar para comprar las pizzas al corte de la casa. Con ese conocimiento bajo el brazo, Antonio y Giuseppe tomaron el barco para “hacer la América” y llegaron a la Argentina. En 1958 Antonio abrió su restaurante en la Ciudad de Buenos Aires y nació Albamonte. No se olvidó de incluir un horno a leña, imprescindible aliado para la elaboración de pizzas a la piedra.