Esta pizzería abrió sus puertas en 1932, gracias a los esfuerzos del vasco Luis Urcola y del catalán José Espinach. A mediados de los 50, los empleados compraron el fondo de comercio y se hicieron cargo del negocio. Pese al paso de los años, Las Cuartetas sigue estando en los primeros lugares de las preferencias de los amantes de la pizza. Una curiosidad: en su nombre se esconde una leyenda urbana. Según dicen, Alberto Vaccarezza, creador del sainete porteño y letrista de Carlos Gardel, siempre se sentaba en una de las mesas de esta pizzería a escribir sus cuartetas en las servilletas de papel. Así se llaman a las estrofas de cuatro versos de arte menor con rima consonante y así terminó siendo bautizado el local que despacha pizza al molde con abundante mozzarella dorada y mucha mística.