Francisca del Fuego ofrece una gran carta de pizzas de masa madre, livianas y con buen piso y borde. Una de las más tentadoras es No me olvidé, con mozzarella, parmesano, cebolla caramelizada, provoleta de cabra, ciboulette y aceite de oliva. Otra gran alternativa es la Stracciatella, con salsa de tomates biodinámicos infusionados con albahaca y ajo, stracciatella, castañas de cajú, albahaca y oliva. El ambiente, con aires de Medio Oriente, es otro plato fuerte: hay un patio cubierto por una carpa marroquí y uno descubierto; un hermoso vitroux, gradas hechas con palets, puffs, sillones, candelabros y lámparas. Además de pizzas, podés tapear o elegir una buena ensalada.