A fines del siglo XIX, en el barrio de La Boca comenzó a instalarse una pujante y creciente comunidad italiana que, poco a poco, fue dándole vida y personalidad a la zona. Rápidamente se convirtió en un lugar de inmigrantes europeos, marineros que estaban de paso, numerosas pulperías y almacenes.
Ese fue el escenario en el que abrió sus puertas el Bar Portuario. Fue en 1915 cuando, en la esquina de Pinzón y Caboto, se inauguró este almacén con despacho de bebidas. Desde ese momento, mantuvo su actividad en forma ininterrumpida y se transformó en un rincón protagónico de La Boca.
El edificio conserva su diseño y materiales originales. Observá en detalle el piso y las columnas, las molduras externas y la fachada de vidriera. Adentro, te esperan las sillas y mesas de madera, además de una gran barra confeccionada por un carpintero boquense, autor de obras de arte y barcos de madera.
Vas a encontrar una oferta gastronómica de cocina de bodegón, con platos sencillos y abundantes, elaborados con ingredientes frescos y de primera calidad. Se especializan en pescados y mariscos, pero también hacen buenas pizzas, empanadas, tortillas, milanesas y carnes.
Hoy, además, funciona como un espacio cultural independiente, donde encuentran su lugar el tango y el folklore, las milongas, los ciclos de cine y de teatro, así como exposiciones permanentes de pinturas, murales y fotografías.