Burgio nació en 1932, gracias al italiano Giuseppe Burgio. Hoy el ambiente conserva la magia de aquella época y la experiencia resulta como un viaje en el tiempo: el mostrador es una pieza de decoración, el pizarrón con letras de plástico blanco es inimitable, las venecitas de sus paredes, la fórmica gastada en las mesas, las sillas tapizadas en cuerina y los ventiladores de pared crean el clima. Pero lo más importante es que en la cocina respetan la receta original y salen una pizzas al molde, esponjosas y cargadas de queso mozzarella. Y no hay que pasar por alto la antigua heladera mostrador que exhibe los postres de la casa. Otra cosa: esta pizzería es punto de encuentro de los hinchas de River cada vez que “el millonario” juega en el Monumental.