Construcciones altas y de techos abovedados completan el eclecticismo porteño.
Durante la década del 30 floreció un estilo simple, de líneas rectas y presente en diferentes barrios.
El Palacio de los Lirios y el Casal de Catalunya son emblemas de un estilo con curvaturas y el sello de Gaudí.
El edificio Kavanagh en Plaza San Martín es el ícono de un estilo sobrio y moderno.
Un barrio de estilo inglés y la Torre Monumental sintetizan esta corriente.
En un recorrido fotográfico por la ciudad, descubrimos algunas fuentes que decoran los rincones porteños.
De aquel tiempo de dominio español quedó un estilo muy particular, luego reivindicado cuando la Argentina ya era tal.
La comida es la excusa. Este momento incluye a amigos, familiares y un sinfín de historias.
El fanatismo de la capital argentina por esta disciplina es único.
Monumentales edificios con el sello de varios arquitectos como consecuencia del paso del tiempo.