En la esquina sudeste de Directorio y Rivera Indarte, desde 1910 y hasta fines de los 90, ofreció su buen y solidario servicio la farmacia Santa Elena, a solo cuatro cuadras de la Plaza Pueyrredón, conocida popularmente como Plaza Flores. El señor Leopoldo López estuvo al frente entre 1936 y 1953. Luego, don Mauricio Giwnewer lo sucedió, dirigiéndola hasta el cierre definitivo.
Lucas Vidal, nieto de don Mauricio, a principios del año 2000, con ilusión, entusiasmo y trabajo, dio nueva vida al local. Su padre, el arquitecto Fernando Vidal, fue fundamental para que esto pudiera concretarse. Rosi, la hija de Mauricio, la mamá de Lucas y la esposa de Fernando, obviamente hizo lo suyo. Cuando puede colabora Lali, la hermana de Lucas, actriz y bailarina de profesión. Gracias a todos ellos nació el bar La Farmacia.
A este característico edificio de dos plantas en esquina, de principios del siglo XX, se ingresa por la ochava a su salón mayor, con un piso de mosaicos calcáreos con una estrella, muy agradable, que da a ambas calles. Dos salas más pequeñas se alinean sobre Rivera Indarte.
Con el toque de madera de las vitrinas y estanterías que fueron de la farmacia, se crea un ambiente muy cálido.
Entre las especialidades de la casa se destacan: la picada tradicional, los panqueques salados y la fondue, tanto la clásica Brillat-Savarin (de queso), como la de chocolate. Todos los mediodías hay platos sugeridos por el chef, por ejemplo: pollo saltado con vegetales y almendras, pollo grillé con terrina de verduras, entre otros. Los periodistas Marcelo Bonelli, Nadina Greco y Miriam Lewin, las actrices Ana María Picchio y Anita Martínez, lo mismo que los recordados Juan Alberto Badía y Ariel Ramírez, entre muchos más, descubrieron las bondades de la cocina de La Farmacia.