La Academia funcionó desde 1930 en Av. Callao casi esquina Corrientes. A lo largo del tiempo, supo ser punto de encuentro para bohemios, habitués nocturnos, estudiantes, parroquianos del café y fanáticos del billar. Abierto de día y de noche, con el murmullo del dominó, el humo de las tazas de café y las bolas de pool marcando el compás de una Buenos Aires que nunca duerme.
Aunque en febrero de 2025 tuvo que cerrar sus puertas, la interrupción fue sólo para tomar más fuerzas: desde junio del mismo año, abrió sus puertas en Montevideo 341, el mismo local en el que antiguamente funcionó el restaurante Pippo.
Vas a encontrar una planta baja con mesas para comer, otra sala dedicada al pool y al billar, y un piso superior con metegol, ping pong, ajedrez y hasta arcanos. La esencia está conservada: los mismos mozos y la misma promesa de estar abierto las 24 horas, de jueves a domingos y feriados, para que siempre haya un refugio donde hacer una pausa o empezar la noche.
Porque si algo caracteriza a este bar es su manera de adaptarse sin perder su alma.