Un diseño para la vida
Sabina Tiemroth no deja que nada se desperdicie. Durante la charla, la artista textil estaba trabajando en una exposición basada enteramente en recortes sobrantes de trabajos anteriores. En ese momento, usaba los restos de su línea más comercial de bufandas, Ovo, para crear nuevas piezas de arte.
"Para mí el diseño es una forma de vida", dice. “Cuando estás diseñando, estás creando un estilo de vida, ya sea indumentaria, una vivienda o un objeto utilitario. Yo trato de trabajar con el material remanente que guardo en mi depósito. Siempre hay algo que sobra. Hay un círculo y una cadena en el hacer que se va retroalimentando entre los materiales".
Contraste de paisajes
Sabina creció en la región del Alto Valle, en el sur de Argentina, rodeada por el contraste de los paisajes exuberantes del valle y sus huertos con el árido desierto de la Patagonia. Cuando se mudó a Buenos Aires para estudiar, la gran ciudad le brindó otros contrastes que influyeron en su mezcla de texturas e integración de diferentes técnicas. Así, comenzó a utilizar materiales naturales -como la lana y la seda- y a experimentar con el tejido trabajando con el orillo sobrante que se vendía en las ferreterías del sur.
"Trato de combinar mi sur con la gran ciudad", dice. “Estos paisajes de mi infancia son una influencia importante en lo que busco en el contraste de texturas. Crecí rodeada de fibras naturales. Mi mamá me tejía sweters de lana que compramos en la cordillera y estas cosas me marcaron mucho".
Cocinando con hilos
Sabina compara el diseño con la experimentación de la cocina. Y la comparación se hace más interesante ya que su taller y showroom están en el barrio porteño de Palermo, muy cerca de lo último en restaurantes y bares.
“Dibujo bocetos, experimento probando materiales, cocinando cosas, probando como un cocinero,” dice. “Juego con la material para ver qué me permite y qué no. Hay un diálogo que se va desarrollando”.