En un espacio en medio de los árboles, cerca de los lagos del parque Tres de Febrero de Palermo, cuatro hombres trabajan bajo el rayo del sol estudiando desde diferentes ángulos una gran escultura de bronce de dos ciervos. Están ideando cómo reproducir la figura de un tercer animal más pequeño que desapareció de la pieza; todo lo que tienen para hacerlo es una vieja fotografía de la obra completa, en la que van anotando medidas, ángulos y dimensiones.
En el taller que hay detrás de ellos los estantes rebosan de figuras de mármol, bustos de bronce y moldes de yeso. Cerca de ellos, bancos de trabajo llenos de herramientas e instrumentos. Un gato que parece vivir allí deambula sin que lo molestan entre gigantes heridos que parecieran no hablar; a uno le falta un brazo; al otro, la nariz. Da la sensación de que podrían moverse ni bien uno se diera vuelta.
A este lugar se lo conoce como “Hospital de las Estatuas”. Allí un equipo de 25 personas de la Coordinación de Monumentos y Obras de Arte del Gobierno de la Ciudad trabaja día a día para mantener los más de 2.000 monumentos de Buenos Aires en una batalla incesante contra el vandalismo, el robo y el paso del tiempo. "Podría compararlo con una operación quirúrgica", dice Jorge Grimaz, el coordinador de operaciones. "Es un trabajo minucioso pero fascinante y gratificante", afirma quien ha pasado los últimos 25 años en el equipo.
Como en un hospital regular, todos los pacientes son iguales: "Tratamos a todas las esculturas de la misma manera independientemente del autor", dice Jorge. “Ya sea un Botero o un Rodin, porque ninguna pieza es más importante que otra para nosotros. Tienen historia además de mérito artístico. Cada uno tiene su historia, y nos guste o no, es nuestra historia y la de los líderes políticos de hoy en día. Nuestro futuro proviene de esto. Los monumentos llevan nuestra historia e identidad contra la erosión del tiempo”, sigue.
Podés conocer al equipo de “médicos” si visitás el Patio de Esculturas del hospital, que se encuentra adelante de la entrada del taller y está abierto al público de martes a viernes, de 10 a 13 h. Las esculturas que se exhiben en el patio incluyen piezas que están en proceso de reparación, así como otras ya terminadas, en espera de ser devueltas a sus “hogares” habituales en otros sitios de la ciudad. Además, se pueden ver importantes obras que actualmente están allí para su custodia debido a que fueron retiradas, por estar en riesgo, de sus ubicaciones originales.
Patio de Esculturas, Plaza Sicilia, Palermo.
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