Este es un gran atractivo turístico de la Ciudad de Buenos Aires. Se destaca por su construcción arquitectónica monumental del siglo XIX y por los grandes eventos hípicos que se disputan durante todo el año, como el Gran Premio Nacional.
El ingreso al predio es libre y gratuito, por lo que podés entrar a disfrutar de la adrenalina que se vive en la pista cuando los caballos disputan una carrera, sentir el fanatismo de las tribunas, y también aprovechar una variada oferta de entretenimiento y gastronomía.
La Tribuna Oficial sigue destacándose por su impactante arquitectura -que la convirtió en Patrimonio Histórico de la Ciudad- y por tener la mejor ubicación, ya que desde allí se puede ver la pista en toda su extensión y está frente al disco de llegada. Además, hay otras tres: Paddock, Especial y Nueva.
El Hipódromo Argentino de Palermo fue inaugurado el 7 de mayo de 1876. Su apertura significó un gran acontecimiento para la sociedad de aquel entonces. Cuentan que no alcanzaban los tranvías ni los trenes para trasladar a la cantidad de personas que querían asistir al evento. Dentro del hipódromo, hubo 10 mil personas, y cientos se quedaron afuera, sin poder ver las carreras inaugurales.
En 1883, comenzó a ser administrado por el Jockey Club, que era presidido por su fundador y futuro presidente de la Nación Carlos Pellegrini. En 1908, el arquitecto Louis Faure-Dujarric reemplazó los edificios originales y los convirtió en ejemplo del estilo clásico francés del siglo XVII.
El Hipódromo Argentino de Palermo recibió su nombre actual recién en 1953.
Los inicios de este hipódromo son, en realidad, muy poco glamorosos. Existía allí un camino conocido como Camino de las Cañitas (hoy, Av. del Libertador y Av. General Luis María Campos). Entre el río y ese camino, había un cañaveral que en ocasiones quedaba desbordado por el Río de la Plata. Allí mismo, se corrían las carreras cuadreras y de sortijas, y se lo conocía como el Potrero de las Cañitas. Eran muy frecuentes las peleas entre los apostadores, así como la presencia policial para frenar los enfrentamientos.
En 1885, se realizó por primera vez la carrera del Gran Premio Nacional (Derby Argentino). Lo sorprendente es que el vencedor de ese gran evento fue el caballo Souvenir, ¡montado por un jinete uruguayo de 11 años!
Carlos Gardel siempre estaba por el hipódromo ya que era dueño del caballo “Lunático”, montado por el célebre jockey uruguayo Irineo Leguisamo. Justamente, es a Lúnatico a quien Gardel le dedicó el tango “Leguisamo solo”.
(Las imágenes fueron cedidas por el Hipódromo de Palermo)