Basta con hacer un alto y alzar un poco la vista para descubrir magníficos detalles de la arquitectura porteña: un cielo salpicado de cúpulas de diversos tamaños y formas que coronan históricos y centenarios edificios. Quienes las descubren, quedan impactados.
El esplendor de las cúpulas en Buenos Aires tuvo lugar entre fines del siglo XIX y principios del XX. Era entonces el elemento arquitectónico que se utilizaba para marcar las esquinas y signo del progreso de la burguesía argentina ya que se utilizaban como elemento ornamental para valorizar las propiedades. Es por eso que los propietarios de edificios ubicados en mitad de cuadra y los dueños de hoteles no quisieron ser menos y es así como proliferaron por toda la ciudad.
Las cúpulas no responden a un estilo determinado: distintos estilos arquitectónicos, entre los que sobresalen el árabe, el español y el ruso, se mezclaron con el art noveau, que estaba de moda en Europa y empezaba a llegar a Buenos Aires.
La mayoría de las cúpulas porteñas se encuentra en Avenida de Mayo, el Microcentro y las zonas de Congreso y Tribunales, aunque en muchos barrios de la ciudad se pueden apreciar. Entre las cúpulas más conocidas están la del Congreso de la Nación, que es una de las más grande de la ciudad con 80 metros de altura y de un llamativo verde esmeralda; las dos cúpulas gemelas de color rojizo en los extremos del edificio “La Inmobiliaria” en Av. de Mayo 1400; una cuadra después, el Palacio Barolo, una joya arquitectónica. Desde su cúpula, que sostiene un faro, se obtiene una fantástica panorámica de Buenos Aires.
En el año 2010, el Gobierno de la Ciudad impulsó la restauración del magnífico faro para que participara de las fiestas del bicentenario argentino. Otras obras que llaman la atención son la cúpula coronada por la diosa de la sabiduría Palas Atenea del diario La Prensa, donde hoy funciona la Casa de la Cultura; las enormes cúpulas verdes del Banco de la Nación Argentina y la del emblemático edificio Gath & Chaves, que recuperó su esplendor luego del proceso de restauración impulsado por el Gobierno de la Ciudad. En la esquina de Juan Domingo Perón y Florida, esta tienda supo vestir a principio del siglo XX a las damas y caballeros de la sociedad porteña.
La cúpula vidriada en la ochava de Rivadavia y Ayacucho, restaurada en 1999, rinde homenaje a Antonio Gaudi. Tiene tres niveles, con un cupulín y una construcción con forma de cebolla, rematada con una veleta de hierro. En el último nivel se colocó un gran telescopio.
En San Telmo, en frente al Parque Lezama podés apreciar las cinco espectáculares cúpulas turquesas que coronan la Iglesia de la Santísima Trinidad, un templo de la Iglesia Ortodoxa Rusa y, cerca de Plaza Dorrego, visitar la Parroquia San Pedro González Telmo, una de las más antiguas de la ciudad. Las cúpulas están allí, majestuosas, en las alturas de la ciudad.
Conocé las historias de los barrios.