Ubicado en pleno corazón de Palermo, a metros de Plaza Italia, el Teatro Sarmiento forma parte del entramado cultural porteño desde hace casi un siglo. Todo parece haber comenzado en la década del 30, aunque su verdadera inauguración es un misterio: en el edificio, se encontró una placa con la inscripción “Teatro infantil, 21 de enero de 1938”. Por eso se cree que al principio fue destinado exclusivamente a las obras para los más chicos. Sin embargo, durante muchos años el lugar fue utilizado como depósito para el forraje y alimento de los animales del antiguo zoológico.
Recién en 1955, la Municipalidad de Buenos Aires lo reacondicionó y devolvió al teatro su vocación inicial: ser un espacio de arte. A partir de entonces, la sala albergó espectáculos teatrales y musicales infantiles, además de ciclos de teatro leído con obras de autores nacionales.
En los años 70 pasó a depender del Teatro San Martín y comenzó a ofrecer también programación para adultos. Más adelante, en 1982, se integró a la ex Organización Teatral Presidente Alvear, donde se diversificó su propuesta: danza, música y teatro infantil convivieron en la cartelera.
Tras un período de cierre por obras de reconstrucción integral, volvió a abrir sus puertas en el año 2000 con una nueva identidad dentro del proyecto del Complejo Teatral de Buenos Aires. Desde entonces, el Sarmiento se convirtió en un espacio especialmente pensado para dar lugar a las nuevas tendencias, una escena que pone el foco en la investigación, la creación experimental y la búsqueda de nuevos lenguajes escénicos.
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