La historia del Maipo comenzó en 1908, bajo el nombre de Scala, en una Buenos Aires que crecía a ritmo vertiginoso, impulsada por las olas de inmigrantes y un proceso de modernización que atravesaba todas las esferas sociales.
Luego, en 1915, vendría el nombre Esmeralda, reflejando la calle que lo aloja. Hasta que en 1922 finalmente adoptó el que lo haría célebre: Maipo. Desde entonces, se consolidó como la “catedral de la revista”, donde el glamour, la picardía y el arte popular se dieron la mano como en ningún otro escenario.
La arquitectura del Maipo combina elegancia y funcionalidad. Su estructura responde al estilo italiano tradicional, con palcos, plateas y una acústica pensada para envolver al espectador. Al mismo tiempo, su estética general se alinea con el art decó, con detalles de diseño que aún hoy despiertan admiración.
Tiene 754 localidades y fue completamente restaurado en 1994, cuando se emprendió la puesta en valor del edificio bajo la dirección del productor Lino Patalano y el ex bailarín Julio Bocca. .
En 2019, pasó a manos de la actriz, directora, productora y empresaria Carla Calabrese y del actor, productor y director Enrique Piñeyro. Hoy, el Maipo sigue en pie con la misma pasión e impronta con la que nació: conserva su carácter íntimo y sofisticado, pero también su espíritu rebelde y popular.
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