El Lola Membrives es testigo de la vida artística y cultural de la Ciudad desde 1914. Por su escenario pasaron grandes figuras, como Eva Franco, Tito Lusiardo, Tita Merello, Eva Duarte, Niní Marshall, Libertad Lamarque, Mirtha Legrand, Nélida Lobato, Sergio Renán, Raúl Lavié, Susana Giménez, Valeria Lynch, Enrique Pinti, Norma Aleandro y Guillermo Francella, entre muchísimos otros reconocidos artistas. Su cartelera estuvo muy relacionada al principio con la comedia y después, con los musicales. Hoy ofrece obras variadas, siempre de primer nivel.
La fachada de estilo neorrenacentista italiano, representativo del eclecticismo arquitectónico presente a principios del siglo XX en Buenos Aires, se destaca por sus imponentes ventanales coronados por arcos de medio punto en el piso superior y decoradas con coloridos vitraux de época, que se repiten en puertas y ventanas.
Al atravesar sus puertas, vas a encontrar un hall principal con pisos de mármol, elegante boisserie y enormes arañas. Hay dos grandes escaleras que comunican con los distintos pisos: platea baja, platea alta y pullman.
La sala tiene forma de herradura, como en los clásicos teatros italianos, y una cúpula abovedada iluminada. En su interior se combina el color dorado de los detalles con el rojo intenso de los asientos y del magnífico telón. Todo está pensado para que disfrutes de la magia y el rito teatral.
Cuando abrió sus puertas en 1914, lo hizo bajo el nombre de teatro Smart Palace. Luego se modernizó hasta que, en 1924, lo adquirieron Blanca Podestá y su esposo, Alberto Ballerini. Poco después se trasladó a la vereda de enfrente y el edificio quedó vacío y cerrado por dos años. Sin aplausos, sin obras. Hasta que el arquitecto Alejandro Enquin lo rediseñó. Le dio un estilo ecléctico que mezclaba el rococó con el neoclasicismo y fue reinaugurado en 1927. En ese momento se llamó Teatro Cómico.
En 1936 el empresario español Juan Reforzo, esposo de la actriz Lola Membrives, se hizo cargo de la sala. Y en 1943, cuando Lola Membrives plantó raíces, se inició un período floreciente que duró hasta 1964. Desde la muerte de Lola, en 1969, Carlos A. Petit se asoció con Membrives hijo y la sala empezó a estar vinculada al musical y a las grandes figuras.
En 1982, finalmente llegó el cambio de nombre: el Cómico pasó a ser Teatro Lola Membrives.