El cruce de las calles Prado y Neptuno marcó la cara inusual y olvidada de Cuba en los años cincuenta. Una Cuba que disfrutaba del placer, del lujo, del tiempo, en donde todos los grandes escritores, políticos y científicos de la época querían estar. Esta esquina se convirtió en un emblema de lo artesanal y del buen gusto. En Prado y Neptuno de Buenos Aires podés fumar un habano elegido personalmente del humidor, beber un ron o un café. Todo te transportará a Cuba.