Desde la calle parece un local mixto, mezcla de bodega y disquería que además ofrece flores de estación. Al bajar una escalera disimulada tras una puerta frigorífico se llega al bar, en el sótano. Está ambientado como en las primeras décadas del siglo XX, que remiten a la inmigración y al puerto de Buenos Aires. La carta está dividida por países de acuerdo al alcohol fuerte empleado como base en cada preparación. Se puede acompañar con tapas, una carne a la parrilla o platos de pescado. Desde 2016, integra la lista de The World´s 50 best bars.