16 h | Leyendas de Recoleta

Conocemos esculturas, un árbol mítico y el misterioso cementerio.

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Llegamos a un barrio caracterizado por sus palacios parisinos y las coquetas calles. Pero también por el misterioso Cementerio de la Recoleta (Junín 1760) que increíblemente se encuentra en plena ciudad. El mausoleo de Evita es la tumba más visitada. Dentro de la bóveda de fachada de mármol está embalsamada la ex primera dama, mujer de Juan Domingo Perón. Su cuerpo había sido robado en 1955 luego de un golpe militar y fue ocultado en un cementerio en Italia. En 1971, fue devuelto a Perón, quien se encontraba exiliado en España y, más tarde, finalmente fue repatriado a la Argentina, donde se enterró ocho metros debajo para evitar otro posible robo.

También hay diferentes historias como, por ejemplo, la del primer vicepresidente del país, Salvador María del Carril, quien tiene una estatua sobre su tumba que mira el horizonte. Fue encargada por su esposa, que dejó la orden expresa de que este busto mirara al lado contrario del propio, por la pésima relación que el matrimonio había tenido en vida.  

Salimos del Cementerio y caminamos hacia Plaza Francia, donde se alza uno de los árboles más particulares de la ciudad (av. Alvear y Posadas). Lo podemos distinguir fácilmente: es un gomero ramificado que mide 50 metros de diámetro y 25 de altura. Descansamos un rato bajo su sombra y recargamos energías para seguir camino.

A pocos metros, tomamos la avenida del Libertador, una de las arterias que conecta el centro de la ciudad con la zona norte. Si doblamos hacia la derecha, en la intersección con la av. Callao está la escultura Torso desnudo, obra con el sello distintivo del colombiano Fernando Botero y que está valuada en un millón de dólares. Hacia la izquierda, en la misma manzana del Museo Nacional de Bellas Artes hay otra escultura: Heracles arquero, realizada por el escultor Emille Bourdelle, discípulo de Auguste Rodin.


 

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JUNIN 1760