La sede del Museo Histórico Cornelio de Saavedra es una antigua casona de 1870 que alguna vez fue el casco de la chacra de Luis María Saavedra, sobrino del presidente de la Primera Junta. Desde su fundación, el 6 de octubre de 1921, preserva y comparte la rica historia de Buenos Aires y de la Argentina.
El museo cuenta con diez salas dedicadas a diversos períodos y personajes clave de la historia nacional. Desde la época del Virreinato y las Invasiones Inglesas, pasando por la Revolución de Mayo, la Independencia, y el surgimiento de las autonomías provinciales, hasta llegar a la conformación del Estado Nacional. Entre las temáticas destacadas están Cornelio Saavedra, José de San Martín, Bernardino Rivadavia, Juan Manuel de Rosas, y la participación de las mujeres en la historia.
Las exhibiciones también incluyen la Guerra de la Triple Alianza, la formación del Estado Nacional, las transformaciones políticas y económicas de fines del siglo XIX, y el proceso inmigratorio. La muestra permanente culmina en 1912, con los testimonios de cuando Ricardo Zemborain donó sus colecciones y dio origen al primer museo histórico de la Ciudad.
Esta construcción es un ejemplo representativo de la arquitectura italianizante de las villas familiares de la época. Construida entre 1870 y 1880, fue posteriormente modificada por el arquitecto Manuel Domínguez para adaptarla al estilo de las quintas aledañas a Buenos Aires de la primera mitad del siglo XIX. A pesar de las modificaciones, el edificio conserva su encanto histórico y se convirtió en la sede definitiva del museo el 25 de mayo de 1942.
Inicialmente, el museo funcionó en la planta alta de Corrientes 939. Con el ensanche de la calle Corrientes, en 1936, se trasladó a Cerrito 281 y luego, en mayo de 1937, a la primera cuadra de la calle Quintana, en el barrio de Recoleta. Finalmente, en 1941, se resolvió destinar la ex estancia Saavedra como sede permanente, lo que marcó un hito en su historia.
El museo resguarda más de 23,000 objetos que ofrecen una visión integral de la historia argentina y de Buenos Aires. Entre ellos se encuentran platería, alhajas, peinetones, mobiliario, documentos, iconografía, armas, vestimenta y numismática. Cada pieza permite explorar la política, la economía, la sociedad y las costumbres de una ciudad que fue capital de un Virreinato, de una provincia y de la Nación.
Una visita a este museo es un encuentro con la memoria colectiva de la Argentina, una oportunidad única para comprender el pasado y su influencia en el presente.