Los secretos del Casco Histórico
Recorrer el Casco Histórico es un imperdible en tu visita a la ciudad. No te pierdas sus lugares secretos.

El Casco Histórico porteño -conocido por albergar los monumentos más emblemáticos de la Ciudad, como el Obelisco, la Casa Rosada, el Cabildo o la Catedral- también cuenta con sitios no muy conocidos. Durante tu estadía en Buenos Aires, aprovechá para explorar esos puntos y sorprendete con los secretos que guardan.

Una foca en pleno centro de la ciudad

¿Sabías que el autor de El Principito vivió en la Argentina, adoptó una pequeña foca y la tuvo en su baño, en pleno centro porteño? Antoine Saint-Exupéry estuvo una temporada en Argentina trazando rutas aéreas hacia el sur del país. Allí, se enamoró de la pequeña foca y la trajo consigo a Buenos Aires a su departamento. Escenario de inspiración para su libro Vuelo Nocturno, el escritor vivió en el séptimo piso del edificio en que está la Galería Güemes (Florida 165). Hoy, su departamento, completamente restaurado, está abierto al público por las mañanas.

Una entrada exclusiva para el subte

En medio de la Avenida de Mayo, en el número 560, el Pasaje Roverano nos hace viajar en el tiempo hacia el siglo XIX. La estructura actual es más reciente debido a la ampliación de la avenida, durante la cual se agregó una entrada secreta a la estación Perú del subte, por lo que el edificio es el único sitio de la ciudad que tiene esa característica. El pasaje es además el sitio que en el que se encuentra la barbería de Mario Sariche, quien contó con el Papa Francisco como su cliente habitual durante casi 20 años.

¿Qué tiene que ver un periódico con la Casa de la Cultura?

En este caso, todo. También sobre Avenida de Mayo, pero cruzando la calle, en el 575, se encuentra una joya del periodismo porteño y argentino. Se trata del edificio del antiguo diario La Prensa, en el que hoy funciona la Casa de la Cultura. Igualmente, antes de la transformación de las salas en centros de exposiciones, todo el funcionamiento del periódico era similar al de un espacio cultural.  Más allá de sus pinturas, el antiguo diario contaba con una biblioteca de ochenta mil volúmenes. El trabajo de restauración rescató muchas de las características originales de este edificio, al que vale la pena hacerle una visita durante un fin de semana.

Los bastidores de la Revolución de Mayo

Si sos un amante de la literatura, entonces este es el lugar para vos. Ubicada en la esquina de Alsina y Bolívar, la Librería de Ávila (antiguamente, Librería del Colegio) es el primer local de su tipo que tuvo la ciudad. En sus dos pisos, cuenta con cien mil ejemplares tanto de libros nuevos como usados. Fundada en 1785, la antigua librería era lugar de encuentro de los revolucionarios de mayo de 1810, que se inspiraron en los libros de la Revolución Francesa y debatieron sobre el futuro de la nación. Visitarla es como un viaje en el tiempo hacia aquella época y revivir su historia.

Una farmacia y, además, un museo

No muy lejos del lugar anterior, la Farmacia La Estrella también es la primera de la ciudad. Está emplazada en la esquina de las calles Defensa y Alsina y es una auténtica joya porteña. Fundada en 1838, al momento de su inauguración ya era considerada una de las más importantes de Sudamérica. Hasta hoy conserva su mobiliario y pinturas originales, y lo más curioso es que en el piso superior se encuentra el Museo de la Ciudad, que cuenta la historia de Buenos Aires a través de sus costumbres, su arquitectura, sus muebles y anécdotas.

Bonus: ¿eso es una iglesia?

Un poco más alejado del centro histórico porteño, pero aún en el mismo barrio, se encuentra un edificio que parece ser una iglesia. Sin embargo, se trata del Museo Escenográfico Botica del Ángel (Luis Sáenz Peña 543), que funciona en la antigua casa del animador, pintor y escenógrafo Eduardo Bergara Leumann. Por muchos años, sirvió como espacio teatral alternativo para diversas piezas improvisadas y con actores desconocidos. Hoy, el local conserva una mezcla de diferentes expresiones artísticas y todo el recorrido por la historia porteña y argentina a partir de la década de 1960 hasta la actualidad. Para visitarlo, es necesario hacer una reserva previa.


No dejes de conocer los lugares tradicionales del Casco Histórico porteño.