Dejamos el barrio de La Boca, pero nos mantenemos en el sur de la ciudad. Barracas y San Telmo también nos remiten a los orígenes de Buenos Aires. Pasamos por el Parque Lezama, que lleva este nombre porque pertenecía a la acaudalada familia Lezama que vivía en el actual Museo Histórico Nacional. Esta plaza de barrancas fue un lugar destacado en la cultura popular: Ernesto Sábato lo eligió como escenario de una de sus novelas y allí Jorge Luis Borges le declaró su amor a la escritora Estela Canto.
La Avenida Caseros es una buena opción para descansar después de la caminata porque reúne una variedad de bares y restaurantes que conservan la estética antigua.
Otra alternativa es Plaza Dorrego, ya en el corazón del barrio de San Telmo, donde los domingos hay una feria de antigüedades. Entre las atracciones cercanas están el Museo de Arte Moderno y el Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires (MACBA).
Dato útil:
A solo un cuadra de la Plaza Dorrego, se encuentra el histórico Mercado de San Telmo, que conserva su estilo y uso original, con algunas modificaciones. Allí encontrarás una excelente y variada oferta gastronómica y un sector especialmente dedicado a las antigüedades y curiosidades locales.
Cómo seguimos:
Caminamos por la Calle Defensa, donde en la esquina de San Lorenzo, podremos ver el Zanjon de Granados y la Casa Minima, sector arqueológico por excelencia del barrio. Nos espera la famosa escultura de Mafalda y de sus amigos. Continuamos hasta salir al lateral de la Plaza de Mayo y tomamos la Av. Diagonal Norte, hasta el cruce con la Av. Corrientes.