Federico García Lorca “atrapado” en Buenos Aires
El poeta y dramaturgo español llegó por tres semanas y se quedó seis meses en “la Reina del Plata”.

Buenos Aires lo esperaba

Federico García Lorca (1898-1936), el dramaturgo y poeta español, visitó la ciudad de Buenos Aires en 1933. Durante su estancia generó un fuerte lazo cultural y dejó un legado que aún está vigente. El hotel Castelar, donde se alojó, fue el epicentro de su agitada vida cultural.
 
Un 13 de octubre arribaba al puerto de Buenos Aires el transatlántico “Conte Grande”, proveniente de Barcelona. Invitado por la “Asociación de amigos del arte”, Federico llegaba a la “Reina del Plata” para el estreno su obra “Bodas de sangre”. 
 
La noche de su llegada se organizó una cena en la casa de Sara Tornú (hija del médico Enrique Tornú) y de su marido, Pablo Rojas Paz, en Charcas al 900. Asistieron entre otros, Norah Lange, Oliverio Girondo, Conrado Nalé Roxlo y Pablo Neruda, siendo el granadino uno de los animadores de la fiesta.

Una habitación “museo”

Su residencia en la capital argentina fue la habitación 704 del Hotel Castelar, situado en el 1152 de la avenida de mayo. El céntrico hotel estaba rodeado de bares y referencias a España. Las jornadas porteñas eran bastante ajetreadas y Federico manejaba una agitada agenda cultural: sus días transcurrían entre ensayos, escritura, entrevistas con la prensa, encuentros literarios y, por las noches, no perdía oportunidad de conocer otros aspectos de la vida social.
 
Actualmente, la habitación se encuentra ambientada con fotografías, dibujos, textos, libros e incluso ropa del propio Federico. La encargada de recuperar ese “duende” en el lugar es María Letizia Cáfora, de la comisión de cultura del hotel, una enamorada de la vida y obra de Federico García Lorca. Todo hace referencia al poeta desde que uno llega a la puerta del hotel donde una placa homenajea su estadía. El pasillo del séptima piso también es un homenaje a su paso por Buenos Aires. María es la encargada de las visitas guiadas al cuarto-museo. Se pueden realizar los días miércoles de 17 a 18.30 h, con la posibilidad de hacer reservas para grupos y escuelas.
 

Un antes y un después

"Buenos Aires tiene algo vivo y personal, algo lleno de dramático latido, algo inconfundible y original en medio de sus mil razas que atrae al viajero y lo fascina. Para mí ha sido suave y galán, cachador y lindo, y he de mover por eso un pañuelo oscuro, de donde salga una paloma de misteriosas palabras en el instante de despedida". Así se despidió el poeta de la ciudad y de sus queridos porteños. 
 
Federico García Lorca alcanzó el cenit de su reconocimiento a su paso por la capital argentina. Fue recibido como un famoso, como un “torero”, tal como llegó a escribir en una de sus cartas. Algo que nunca antes había vivido el joven poeta. Además, logró algo inédito en su carrera gracias a las representaciones de sus obras en el Teatro Avenida: ganó una gran cantidad de dinero. Vivía en España con un sueldo bajo por su trabajo como director en su ahora célebre “La barraca”, un teatro itinerante que recorría los pueblos representando clásicos del la edad de oro del teatro español. Su vida nunca volvió a ser la misma después de su paso por la movida cultural argentina.

Un encuentro “maldito”

Carlos Gardel y Federico García Lorca se conocieron en la noche porteña. Una medianoche Lorca salió del teatro Smart (hoy Multiteatro). Estaba con el poeta y periodista César Tiempo: “En Corrientes y Libertad una sonrisa y dos brazos vinieron a nuestro encuentro. Hubo un revuelo de curiosidad a nuestro alrededor. El hombre del encuentro era Carlos Gardel. Le presenté a Federico. Se fundieron en un abrazo”. Fueron con Lorca al departamento de Gardel, quien cantó con su guitarra "Caminito", "Claveles Mendocinos", "La tropilla" y "Mis flores negras". En la biografía del poeta que escribió Ian Gibson (2011) se agrega que el andaluz tocó esa noche canciones españolas en el piano.
Carlos Gardel moriría el 24 de junio de 1935 en la tragedia aérea de Medellín. García Lorca fue detenido y acribillado por un escuadrón franquista el 18 de agosto de 1936, en Granada.
Siempre les quedará Buenos Aires.

Su legado

Mientras vivió en Argentina, las noticias desde España no eran buenas y la decisión de regresar no fue fácil. Dos años después de dejar Buenos Aires, partió para siempre. Tenía 38 años. 
La magia y mística de Lorca se prolongaron en los años siguientes a su partida. En 1945 Isabel, su hermana preferida, visitó también nuestro país y se hospedó en la misma habitación. Otro visitante célebre que pernoctó en el cuarto 704 fue Enrique Morente. Años después, la hija de este cantaor español, Estrella, también conocería el lugar donde su padre y Lorca se alojaron. El “duende” de las alpujarras perdura en ese recinto.
Su presencia en los escenarios porteños es permanente, con obras para niños y grandes, fieles e inspiradas en sus textos.

Misterios sobre Lorca

Un misterio arroja el paso de Federico por Buenos Aires. La voz del granadino fue protagonista durante sus días en la ciudad de la mano de radio Stentor. Situada en los bajos del mismo Hotel Castelar, presentaba constantemente su participación como “la voz gitana”. Hasta el día de hoy no se ha encontrado ningún registro sonoro de su voz. 
Su biógrafo Ian Gibson, quien también relató las vidas de Salvador Dalí y Luis Buñuel, comenta que el valor de ese registro podría llegar al millón de dólares y que si algún día llegara a escucharlo moriría en ese mismo instantes.
Algún galpón, oficina, mueble o cajón de alguna dependencia de nuestra ciudad puede contener ese valioso registro. Ese hallazgo podría significar para el mundo uno de los grandes hallazgos culturales del joven siglo XXI. 
El paradero de su cuerpo es aún un misterio e incluso se tejen nuevas teorías. El escritor peruano Santiago Rocangliolo publicó en 2012 El amante uruguayo, novela que habla sobre el vínculo entre el poeta español y el escritor y gestor cultural uruguayo Enrique Amorim, quien habría logrado llevar el cuerpo del poeta andaluz a la ciudad de Salto, donde descansan sus restos.

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Referencias culturales para visitar:
 
Las fotos fueron cedidas por el Archivo General de la Nación.