Librería de Ávila

Cuenta con una oferta importante de libros antiguos.

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Esta es la librería más antigua de la Ciudad de Buenos Aires, de Argentina y de América. Incluso, según una investigación europea, sería la más antigua del planeta que sigue en pie. El lugar nació en 1785 y fue central en la conformación del país. Así que imaginate que, además de cientos de libros, conserva siglos de anécdotas.

Cuando abrió sus puertas por primera vez, la esquina (que ahora es la intersección de las calles Alsina y Bolívar) era territorio del Virreinato del Río de la Plata. Se fundó con paredes de adobe y techo de paja. Además de libros, aquí se vendían hierbas medicinales y artículos para los gauchos.

Con el tiempo, se transformó en la primera casa de la Ciudad de dos pisos. Lo más llamativo es que fue el refugio y punto de encuentro de los revolucionarios de mayo de 1810 porque los jóvenes Manuel Belgrano, Juan José Castelli, Mariano Moreno y Juan José Paso eran habitués: iban a buscar los libros que llegaban de Francia, con el pensamiento vivo de la revolución francesa. Por lo tanto, se puede decir que esta librería fue clave en la formación de los hombres que lideraron los orígenes de la Argentina.

Si enfrente, desde mucho antes, estaba la Iglesia de San Ignacio, en 1863, construyeron el Colegio Nacional de Buenos Aires, por lo que se empezó a llamar “Librería del Colegio”.

Pese a toda su historia, llegado el siglo XX, la librería quebró y, en la década del 80, se remató todo su inventario. El edificio, que pertenecía al Arzobispado de Buenos Aires, fue cerrado por unos 8 años y estuvo a punto de convertirse en un local de comida rápida. Cuando el librero Miguel Ávila se enteró de eso, sabiendo del valor que tenía para la cultura argentina, decidió comprarla. Ávila logró que se rescindiera el precontrato con la cadena de hamburguesas y que accedieran a vendérsela para volver a ponerla en pie, bautizándola con su apellido. El entonces monseñor Jorge Bergoglio, y ahora Papa Francisco, fue parte de esas negociaciones.

Acá vas a encontrar ejemplares y documentos considerados tesoros. Entre los grandes hallazgos, hay antiguas gramáticas españolas, libros de lectura de la escuela primaria de hace cien años, ediciones del Quijote en chino, o un bando de Manuel de Sarratea de 1819, en el que se especifican las condiciones para que funcione una pulpería. También tiene lugar para las novedades de teatro, historia argentina y americana, antropología, lingüística, filosofía, historias de Buenos Aires, entre otros.

 


Recorré los barrios emblemáticos.

 

ALSINA, ADOLFO 500