¿Todavía no lo visitaste?
En plena Costanera Norte y a más de 50 metros avanzando sobre el Río de la Plata, se ubica el Club de Pescadores. Está construido sobre un muelle, con una estructura similar a la de un castillo belga, rodeado de agua y cielo. Si bien se trata de un tradicional club de pesca deportiva (actualmente cuenta con casi 2000 socios), reúne infinidad de atractivos para todos aquellos ajenos a esa actividad.
Un poco de historia
El Club de Pescadores fue fundado en 1903, pero el edificio en el que actualmente se encuentra en Costanera Norte fue construido en 1930. A su vez, en 2001 fue declarado Monumento Histórico Nacional, por lo que ya se convirtió en un ícono porteño. Al llegar, la bienvenida al turista la da un mástil en el que flamea una bandera con un pintoresco detalle: está confeccionada con una caña de pescar.
El club cuenta con una amplia sala de estar de estilo clásico con piano, una completa biblioteca, un museo histórico, un acuario de río con diversas especies (el precio de la entrada es simbólico y los menores no pagan) y una escuela de pesca abierta a todo el público. Entre las actividades que se organizan, hay conciertos abiertos a no socios.
Una vista de lujo con oferta gastronómica
Además, caminar por el muelle de más de 500 metros es una experiencia que se disfruta todo el año. Al mirar hacia el lado de la ciudad, se puede admirar Buenos Aires con sus clásicos edificios y ver el despegue y aterrizaje de los aviones que operan en el Aeroparque Jorge Newbery, a solo metros del lugar. La postal de los pescadores frente al río parece pintada y se repite de día y de noche. Si se observa para hacia el lado del río, el cuadro es espectacular: agua, veleros, barcos, pájaros y cielo abierto, y si el día está despejado hasta se puede divisar la costa del país vecino Uruguay.
Para quienes gustan de la buena comida, el restaurante que se encuentra en el mismo muelle ofrece una carta con exquisiteces en la que se destacan los pescados y mariscos. El ambiente es perfecto para una noche romántica, con la imagen de la luna sobre el agua.
Recorré el barrio de Palermo.