Mercedes Castellanos de Anchorena, propietaria del palacio de Arenales y Esmeralda, encargó construir en un terreno de su propiedad este templo que donó a la congregación de los padres sacramentinos. La basílica, diseñada por los arquitectos franceses Coulomb y Chauvet, fue consagrada en 1916. Ese mismo año el papa Benedicto XV la declaró Basílica Menor. El templo, lujosamente decorado, cuenta con una gran custodia de oro y plata, importantes vitrales, y ornamentos de mármol, granito azul, bronce y mosaico veneciano. En la cripta yacen los restos de su benefactora.
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