Juan Carlos Pallarols es un artista que se presenta socialmente de un modo muy particular: dice que viene haciendo arte desde el año 1750. ¿Cómo podría ser eso posible? No hay misterios ni pociones mágicas que lo hayan mantenido en acción durante casi tres siglos. Pero la frase cobra sentido porque él se apoya en sus ancestros, una familia en la que sucesivas generaciones pusieron sus manos al servicio de la orfebrería. Los Pallarols son oriundos de Cataluña, España, y llegaron a la Argentina a principios del siglo XIX.
Juan Carlos es la sexta generación en el oficio y creó un museo en el que reúne y comparte obras de sus antepasados, expresiones artísticas de colegas y réplicas inéditas de las grandes obras realizadas durante toda su vida.
En este edificio ubicado en la calle Defensa 1094, justo frente a la emblemática Plaza Dorrego, hay platerías, pinturas y esculturas. Aquí también está el taller del artista, su refugio más preciado. Él lo describe así: “El color del fuego, las mesas de madera gastadas por el tiempo, las paredes sosteniendo cada pedacito de la historia de este apellido que cobijo con el alma, porque en él se guarda la historia de lucha de mis antepasados y con cada uno de ellos la vida de sus generaciones, de sus pueblos”.
Si bien no está abierto al público, se pueden acordar visitas especiales. También podés visitar el local de Pallarols (en Defensa 1039) repleto de obras.
Juan Carlos Pallarols cincela obras maestras en plata, oro, piedras preciosas y bronce, y su trabajo es reconocido en todo el mundo. Destacadas personalidades recibieron sus piezas: desde el Papa Juan Pablo II o la Princesa Diana de Inglaterra, hasta la Reina Máxima de los Países Bajos y los príncipes herederos de la Corona de España.
Pero si algo lo distingue especialmente a Pallarols es que, desde el retorno de la democracia, en 1983, es el encargado de hacer el bastón de mando presidencial con un diseño que él mismo ideó y que se destaca por su impronta bien argentina. El bastón está realizado con materiales como la plata, un metal noble y emparentada desde su origen con el nombre “Argentum”, y el urunday, una madera incorruptible que no necesita pulidos porque brilla por sí sola; y símbolos muy nacionales, como el cardo, una flor bien federal.
San telmo es un barrio con mucha bohemia, elegido por otros artistas de renombre; entre ellos, el artista plástico Jorge Rajadell (Defensa 1056), el maestro del filete porteño Martiniano Arce (Perú 1089) y el fileteator Jorge Muscia (Carlos Calvo 370).