Daniel E. Marcoartú fue un vecino del barrio de Flores. El pasaje que lleva su nombre corre en forma paralela a las vías del Ferrocarril Sarmiento y está flanqueado por un complejo edilicio construido a comienzos del siglo XX. Esta edificación, obra del ingeniero J. Arnavat, fue concebida en sus orígenes para albergar al personal ferroviario. Se destacan sus viejas verjas de hierro y sus balcones, cuyas balaustradas señalan la entrada de las viviendas.