La Floralis Genérica es la primera escultura en movimiento. Increíblemente, esta obra de acero inoxidable de 20 metros de alto y de 18 toneladas se abre y se cierra según el momento del día. Lo hace gracias a que cuenta con un sistema hidráulico y células fotoeléctricas. 

Fue donada a la Ciudad por su autor, el arquitecto argentino Eduardo Catalano,  quien venía proyectando el armado de una estructura a gran escala que reflejara el dinamismo de nuestro tiempo.

Se inauguró el 13 de abril de 2002, como homenaje a todas las flores. Desde entonces, es una de las obras más visitadas por los turistas.

Hoy es todo un ícono de Buenos Aires.
 


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