Edificio Kavanagh

Este magnífico rascacielos llegó a ser el más alto de Sudamérica. Fue declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. ¡Descubrilo!

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Este magnífico rascacielos fue el más alto de Sudamérica y el primero en contar con detalles de lujo, como aire acondicionado. Elegante, enmarcado por un bello entorno que incluye a una de las plazas más hermosas de la ciudad, el Kavanagh es un símbolo arquitectónico de Buenos Aires. Para su construcción se demolió un grupo de casas bajas anexo al Hotel Plaza que había sido inaugurado en 1909.

Las obras para levantar el Kavanagh se iniciaron en abril de 1934 bajo la supervisión del Ingeniero contratista Rodolfo Cervini y los arquitectos Sánchez, Lagos y de la Torre, sobre una idea promovida por Corina Kavanagh (quien le da nombre al pasaje que divide el hotel del histórico edificio).
Con 120 metros de altura, fue durante años, el edificio más alto de la Ciudad y de Sudamérica.
Debido a su forma escalonada, pudieron instalarse terrazas jardín. Como avance para la época, se colocó un equipo de aire centralizado, una pileta, talleres de lavado y planchado, cámara frigorífica y sistema telefónico central, no tiene cocheras ni portero eléctrico y posee en total 105 departamentos.

Fue finalmente inaugurado en 1936.
En 1999 fue declarado Monumento Histórico Nacional y desde ese mismo año pertenece al Patrimonio Mundial de la Arquitectura de la Modernidad, por decisión de la UNESCO.

Curiosidades:

¿Sabías que el Edificio Kavanagh habría sido construido para vengar un amor prohibido?

La leyenda sostiene que existió una relación entre Corina Kavanagh y uno de los hijos de la familia Anchorena. Los Anchorena habrían forzado la ruptura por no tratarse Corina de una candidata perteneciente a una familia patricia. Por despecho, la millonaria habría mandado a construir este enorme edificio para tapar la vista que tenían los Anchorena desde su casa (el actual Palacio San Martín, sede de la Cancillería) a la Basílica del Santísimo Sacramento, que había sido edificada para convertirse en el futuro sepulcro de la aristocrática familia. Desde el único lugar que se puede ver la iglesia es desde un pasaje que bordea el edificio y que, paradójicamente, lleva el nombre de la millonaria despechada.

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