Con motivo del centenario argentino, Alemania regaló una fuente para agradecer el recibimiento de sus inmigrantes. La piedra fundamental se instaló el 31 de mayo de 1910 y el escultor fue Gustav Adolf Bredow, ganador del concurso. Se inauguró ocho años después. Las principales figuras del conjunto representan a la Ganadería y a la Agricultura. El mármol utilizado fue elegido especialmente por Bredow de las canteras de la montaña de Pentelikon, en Grecia.
Sobre un sector de la Plaza Sicilia (Av. Sarmiento casi Av. del Libertador) la escultura de esta famosa niña de cuentos ofrece un paisaje original en el panorama de las esculturas. Fue realizada por el escultor francés Jean Carlus y comprada por la Municipalidad de Buenos Aires en 1937. Originalmente se instaló en la Plaza Lavalle, hasta 1972, cuando se la trasladó a su ubicación actual, nada menos que un bosque, como aquel de fantasía de donde surgía el temerario lobo.
Fallecido en 1888, seis años después se encargó una escultura de Sarmiento. La hizo nada más y nada menos que Auguste Rodin en París. Pero al momento de la inauguración generó una polémica entre los presentes porque era muy diferente al personaje homenajeado. El detalle de color: la escultura fue emplazada en las puertas de donde estaba la casa de Rosas, acérrimo enemigo de Sarmiento.
En la Plaza Holanda (Av. del Libertador y Godoy Cruz) se encuentran dos leones que custodian esta parte del parque. Son dos bellas esculturas que fueron instaladas unos años antes del el Centenario de la Revolución de Mayo, imitando unas del Jardin des Tuileries, en París. El león de Nubia muestra orgulloso su presa, sostenida debajo de su pata. Una tigresa, por su parte, lleva en su boca la presa que dará a sus cachorros de alimento.
Más conocido como el Monumento de los Españoles, está ubicado en la intersección de las avenidas Del Libertador y General Sarmiento. Fue una donación de la colectividad española durante los festejos del Centenario en 1910. La obra fue iniciada por el escultor catalán Agustín Querol y Subiratis, quien falleció al año del inicio del proyecto. El trabajo continuó en manos de su discípulo Ciprinao Folqueras, siendo finalmente el artista Antonio Moliné quien pudo concluirla. En su cima hay una estatua de la República, y la base se conforma de alegorías: al Trabajo (en mármol y al pie del monumento), Los Andes, El Río de la Plata, La Pampa y El Chaco (realizadas en bronce sobre cada uno de los vértices de la base). En octubre de 2011 comenzó a ser iluminado con 17 reflectores de LED que permiten combinaciones de 16,7 millones de colores, controladas por un software especial.
El monumento que evoca al militar y político italiano se erige en el corazón de Plaza Italia. Es una estatua ecuestre donada a la ciudad por los residentes italianos en 1904. Esta obra del escultor italiano Eugenio Maccagnani es réplica de la erigida en Brescia, Italia. Además de la gran estatua ecuestre del general, se incluyen las dos figuras alegóricas de la Libertad y de la Victoria, además de los altos relieves de la batalla de San Antonio y el embarco de los Mil en la playa de Quarto, cerca de Génova. A mediados del siglo XIX, Garibaldi vivió en varios países sudamericanos. En 1842 y 1843 combatió al mando de una fuerza naval que defendió Montevideo de los ataques de Rosas.
El monumento que le rinde homenaje se encuentra en la intersección de las avenidas Sarmiento y Figueroa Alcorta. Inaugurado en 1958, fue obra de los escultores argentinos Renzo Baldi y Héctor Rocha. Se trata de una pieza ecuestre realizada en granito y bronce, y en la base se puede observar en bajorrelieve la Asamblea General Constituyente del año 1853 y la Batalla de Caseros, en donde Urquiza -comandando el Ejército Grande- derrotó al gobernador Juan Manuel de Rosas.
El monumento que data de diciembre de 1951 es el único en la ciudad que recuerda al General San Martín al final de su vida, con ropas de civil y rodeado de sus nietas. Se encuentra en el cruce de la av. Mariscal Castilla y la calle Aguado. Realizada en bronce por el ingeniero y escultor Angel Eusebio Ibarra García, la obra fue colocada sobre un pedestal de granito, donde también hay tres bajorrelieves que evocan hechos de su vida: “cultivando sus dalias“, “en la ribera del Sena“ y “limpiando sus armas“.
Recorré el barrio de Palermo.